domingo, 19 de diciembre de 2010

Continúa La Captura de Los últimos Atunes Rojos (II)

Las jaulas de engorde destinadas a Japón facilitan el mercado negro .

En las granjas, son alimentados todos los días durante casi un año con arenques, sardinas, anchoas y calamares. El resultado es obvio, cuanto mayor sea su masa, el precio en la lonja de Tokio será más elevado. Los costes producidos en el entorno también se ven aumentados, para conseguir 1 kg, necesita de 10 a 25 kg de alimento, en detrimento del resto de las especies que consume. Los detractores critican de este procedimiento la contaminación que produce en el ecosistema y su dudosa legalidad. WWF y Greenpeace han revelado una serie de irregularidades en la campaña de pesca de 2010, donde se muestra como los inspectores de la ICCAT son incapaces de estimar el volumen de atunes que albergan las jaulas. “Resulta fácil encontrar pruebas de fraude con sólo echar un vistazo a los documentos públicos, me pregunto cuánto habrá sin documentar, hay que suspender de forma inmediata el engorde de atún y reducir las capturas a menos de 6000 toneladas como recomiendan los científicos, antes de que desaparezcan los miles de empleos del sector artesanal” reclama Celia Ojeda, responsable de Océanos de Greenpeace.

La mayoría de estas granjas exportan a Japón, cuyo gobierno ha llegado a gastarse casi 2 billones de dólares en la adquisición de atún. Mitsubishi, la gigante multinacional de automóviles es el primer exponente del país oriental, protagonista de la mitad de las importaciones, retratada en palabras del periodista Charles Clover (The Daily Telegraph) “Mitsubishi está congelando atún consciente de que la caída de stocks va a disparar el precio” Sus filiales también se hacen de oro, como la murciana Ricardo Fuentes e hijos, dedicada a venderles lo que obtiene de las jaulas y que en pocos años ha pasado de ser un negocio local, a una gran empresa internacional. Sin menospreciar las posibilidades económicas, Ana Gordoa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuyos estudios son financiados por la industria pesquera del Grupo Balfegó, ha defendido adelantar el periodo de pesca al pico de reproducción y el uso de las jaulas, donde los ejemplares llegan a desovar, definiendo a las huevas como “viables”.

A escasos días del comienzo de la reunión anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), la investigación de 12 periodistas independientes del International Consortium of Investigate Journalists (ICIJ), arroja datos que aumentan la tensión entre los países. Según el informe redactado, los funcionarios del Ministerio de Pesca de Francia, habrían colaborado con la industria del atún en la manipulación de las capturas para evitar críticas internacionales; el mercado japonés habría acogido atunes no declarados desde 1980; un amplio sector de la industria pesquera europea sobrepasaría los límites legales en el número de capturas, ausencia de declaraciones y acciones no reguladas; y todas las operaciones ilegales durante la última década estarían valoradas en más de 4.000 millones de euros. Apoyando estos datos, el capitán de pesca francés Roger Del Ponte ha confesado: “todo el mundo estafaba, había normas pero ninguno las respetábamos” Raúl García, responsable de Pesquerías de WWF España advierte: “ningún consumidor, empresa o gobierno puede estar seguro de que el atún rojo ha sido capturado y comercializado de manera responsable” Ante estas acusaciones, la posición de Japón ha variado y el delegado Masanori Miyahara ha sido políticamente correcto “si no se controlan legalmente las granjas, deberían suspenderse”. Entre 1998 y 2007 más de uno de cada tres atunes pescados acabaron en el mercado negro.


PAPB

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