Después de 14 días de arduas
negociaciones, los más de 190 países reunidos en Durban han llegado a un
acuerdo: la creación en 2015 de un protocolo, instrumento o marco legal que
limite las emisiones, aplicable a todos los países y que entrará en vigor en
2020. Junto con esta hoja de ruta, la puesta en marcha del Fondo Verde para el
Clima y la continuación del protocolo de Kioto, que expiraba este año, se confía
mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 2ºC críticos respecto a
la era preindustrial.
![]() |
La presidenta de la conferencia, Maite Nkoana-Mashbane (dcha.), aplaudida por Teresa Ribera, secretaria de Estado de Cambio Climático (izq). |
Se esperaba un pulso entre EEUU
y China -responsables del 50% de las emisiones de gases contaminantes- bajo la
atenta mirada de la presidenta Nkoana-Mashabane; pero la UE, constante mediadora
durante la XVII Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, rompió los
apoyos del gigante oriental -G-77+China- para ponerse de su parte a los Países
Menos Desarrollados (PMD) y a la Asociación de Pequeñas Islas Estado (AOSIS) que
temían por la subida del nivel del mar y aspiraban a la prorrogación del convenio que les ha hecho llegar inversiones.
La secretaria de Estado de Cambio
Climático, Teresa Ribera, lanzó un ultimátum al resto de países dejando clara
la posición de la UE de no apoyar una continuación de Kioto si no conseguían
arrancar nada del resto: "La UE no va a respaldar salir de Durban con el
único compromiso de un segundo periodo del Protocolo de Kioto si al final de
ese periodo de transición no están todos". Para Yvo de Boer, que dirigió
la negociación sobre el cambio climático de la ONU entre 2006 y la fallida 2010
en Copenhague: “La UE por primera vez en mucho tiempo está teniendo una
posición firme”.
Conseguido el texto vinculante para 2015 y su puesta en marcha en 2020, hay voces que presentan ciertas
dudas sobre su futuro. Ya en 2007 durante la Convención de
Bali se pactó una hoja de ruta para tener un acuerdo que fracasó dos años más
tarde. Jayanthi Natarajan, ministra de Medio Ambiente y Bosques de India,
conocedora del progresivo incremento -60%- de las emisiones del país en la
última década, se ha mostrado recelosa del posible tratado de 2015: “A mí no me
gusta protocolo ni instrumento legal. ¿Cuál es el problema en tener otra
opción? India nunca será intimidada de esa forma”.
Por su parte, Canadá, Rusia y el
anfitrión del tratado, Japón, no permanecerán en la segunda fase de Kioto:
“eso es el pasado”. Un pasado que no ha finalizado cuya fecha de expiración
todavía no está decidida, poniendo como posibles límites el 2017 o 2020. Con la
prolongación del protocolo hasta ese plazo y respaldados por el Fondo Verde para el Clima -acordado
hace un año en Cancún- que aportará 100.000 millones de dólares anuales a
partir de la siguiente década, los PMD deberán hacer frente al cambio climático
con una política de crecimiento económico sostenible con poco carbono, evitando
así la deforestación.
Un esfuerzo económico necesario,
ya que actualmente estos países emergentes producen el 54% de emisiones de
gases efecto invernadero, aumentando en los últimos diez años un 30%. Según la
revista Nature Climate Change el 2010 fue el año de toda la historia en que
más se registraron emisiones de CO2, llegando a las 10.000 millones de
toneladas. La Agencia Internacional de La Energía insistió en Sudáfrica que el
tiempo de actuar se acaba y The Climate Action Tracker, calculó que con los
actuales compromisos la subida de temperatura sería de unos 3,5 grados.
¿Qué pasaría entonces? Según
Theodore Houghton, copresidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático (IPCC): “Se producirá un daño generalizado por el aumento
del nivel del mar y olas de calor, con inundaciones y sequías más frecuentes e
intensas”. Además, disminuiría la superficie de hielo y nieve de las regiones
árticas y parte de la biodiversidad existente en los océanos. Para Gerardo
Benito, experto en fenómenos climatológicos extremos del CSIC: “En los sistemas
naturales puede haber un momento a partir del cual los gases invernadero
empiecen a generar efectos incontrolables e irreversibles”.
Puesta la mirada en la próxima decimoctava cumbre, en Doha, Qatar; con la incertidumbre que genera la hoja de ruta pero con
el propósito marcado de evitar los 2ºC más, el jefe de la delegación China, Xie
Zhenhua, ha pedido más sinceridad política a los países desarrollados el próximo
26 noviembre. Allí los Estados deberán gestionar el futuro de las emisiones de
gases efecto invernadero y el excedente de unidades asignados al primer
compromiso de Kioto, porque para el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon:
“El futuro del planeta está en juego. He visto el mar abierto donde antes el
hielo conquistaba el horizonte”.
El Efecto Invernadero garantiza las temperaturas templadas del planeta. Es el proceso por el que ciertos gases de la atmósfera retienen gran parte de la radiación infrarroja emitida por la Tierra y la devuelven de nuevo a la superficie terrestre calentando la misma.
A pesar de que el vapor de agua es más activo, pero natural; el CO2, antropogénico, es la principal sustancia que supone el 64% del efecto invernadero y que sigue aumentando con más rapidez. Antes de la Revolución Industrial la concentración de dióxido de carbono era de 280 ppm, en estos momentos es de 389,6 ppm. Los científicos estiman que no se debe sobrepasar los 450 ppm, lo que supondría resultados críticos.
Desde 1975 el incremento de temperatura por década es de unos 0,15ºC. De aquí al siguiente siglo, ésta habrá aumentado de 2ºC a 3ºC según el IPCC, lo que significará el mayor cambio climático para la Tierra en los últimos 100.000 años. En el año 2010 se batieron récords con la emisión de 10.000 millones de toneladas de CO2. Liderando la lista de este crecimiento: China (10,4%) e India (9,4%), después EEUU (4,1%), Rusia (5,8%) y la UE (2,2%). Actualmente la cantidad de emisiones de CO2 por habitante es de: 6,8 toneladas en China, 8,1 toneladas la media europea y de 16,9 toneladas en EEUU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario